La calle Jaen aún provoca miedo entre sus museos y su gente

Las historias de condenados o de viudas negras han convertido a la tradicional calle Jaen en uno de los parajes más atractivos de la ciudad de La Paz, sus habitantes dicen haberse acostumbrado a los ruidos extraños pero no está demás, sostienen, persignarse ante la Cruz Verde de la esquina.

Esta calle que vio nacer la independencia boliviana, con Pedro Domingo Murillo a la cabeza, seguido de varios hombres, protomártires de la independencia y la liberación del yugo español; se conserva a través de los años, sus pequeñas piedras no fueron reemplazadas por azulejos o adoquines y sus puertas no fueron afectadas por la modernidad, un hecho que saludan los propios vecinos.

Entre sus rejas, ventanales y paredes dicen que habitan seres del más allá, que buscan espantar a los malos hombres, borrachos y mujeriegos, pero que al final cuidan esta vía que conecta la Avenida Armentia con la final de la calle Indaburo, quizá esto motivó al gran artista Roberto Mamani Mamani a comprarse la casa en plena esquina y convertirla en un gigante museo.