13 de febrero
Por: Bernabé López
La Paz – La ciudad de La Paz se llenó de alegría y tradición durante la Jisk´a Anata, también conocida como la «Pequeña Fiesta», una entrada carnavalesca que destacó por la presencia de diversas danzas tradicionales de distintas regiones de Bolivia. Este evento no solo fue un despliegue de vestimentas típicas coloridas, sino también una manifestación de agradecimiento a la tierra o Pacha, a través del juego y la danza en esta época de inicio de siembra y desarrollo del carnaval.
Más de 60 fraternidades participaron en esta celebración, mostrando con orgullo las danzas tradicionales que forman parte del patrimonio cultural boliviano. En cada presentación, se podía apreciar la dedicación y el esfuerzo de los bailarines por mantener vivas estas expresiones culturales.
Danzas como el Salay, Caporales y Tinkus cautivaron a los espectadores con su energía y ritmo envolvente. Cada una de estas danzas tiene su propia historia y significado, transmitiendo la identidad y las tradiciones de las regiones de donde provienen.
La Reina del Carnaval Paceño, Adriana Vaca, también se unió a las danzas, bailando y disfrutando de la entrada junto a los demás participantes. Su presencia realzó la importancia de esta festividad y su compromiso con la promoción de la cultura boliviana.
La Jiska Anata no solo fue una oportunidad para mostrar la riqueza cultural del país, sino también un espacio de encuentro y unión entre las diferentes regiones de Bolivia. Los asistentes pudieron apreciar la diversidad y la belleza de las danzas tradicionales, así como el esfuerzo y la dedicación de los bailarines y las fraternidades que las representan.
Esta celebración no solo sirvió para entretener y deleitar a la audiencia, sino también para reafirmar la importancia de preservar y valorar las tradiciones culturales del país.
Con esta entrada carnavalesca, La Paz dio inicio a una temporada de festividades que prometen seguir deleitando a los habitantes y visitantes con su riqueza cultural y su espíritu festivo.
