Cuando Leao Armas, de la familia cazafantasma, dijo que había atendido a una cliente que juraba la embrujaron para que siga en la cárcel, cuenta que realizó un ritual para saber el lugar donde se había hecho el embrujo, la cliente aún en el penal de Miraflores de La Paz, confiaba en lo que le iban a decir.
Esa noche Leao habló con los seres del más allá que le revelaron que aquel lugar estaba en el norte de Potosí, en la provincia Chayanta, en el pueblo del Tata Bombori y que ahí vivía el brujo que dominaba el arte de la maldad y que ese poder evitaba a toda costa que la mujer salga en libertad.
Inmediatamente la cliente aceptó pagar el traslado de Leao y su esposa hasta el lugar, con el nombre de Tata Bombori en la libreta de anotaciones, llegaron al pueblo y grande fue su sorpresa cuando vieron dos iglesias, una iglesia blanca y otra negra, una donde cumplian pedidos buenos y la otra donde embrujaban.
Es así que nace esta historia en un pueblo alejado de Bolivia, donde solo los martes y viernes acude la gente para pedir de todo y lo hacen sacrificando a las ovejas y bañando con sangre el campanario de la Iglesia Negra.
